Hay tres grandes aportaciones que nos ofrece caminar con bastones utilizando la técnica de la Marcha Nórdica:
– Involucramos al tren superior en la caminata, por lo que el gasto energético va a ser mayor, quemando muchas más calorías, ya que participan nuevos grupos musculares que en la caminata convencional no entran en acción.
– Mejora nuestra postura corporal caminando de manera erguida respetando las curvaturas fisiológicas de la columna (sin adoptar posiciones forzadas) y con una apertura de tórax.
– Activa el retorno venoso, sobre todo en miembros superiores. Con la técnica de marcha nórdica, en cada paso tendremos que abrir y cerrar la mano, ejerciendo un efecto de bombeo que facilita tanto el retorno venoso como el drenaje linfático en miembros superiores.
Además, el abrir y cerrar de la mano y la implicación activa de los brazos en la fase de impulso, puede contribuir positivamente a aminorar el efecto de hinchazón de los dedos de las manos y/o hormigueo en la punta de los dedos, síntomas que en algunas personas pueden aparecer al caminar sin bastones.
La marcha nórdica facilita la caminata al repartir el esfuerzo entre brazos y piernas, ayuda a mantener el ritmo y se suele percibir menor sensación de fatiga.
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