A día de hoy se ha acumulado suficiente evidencia sobre los beneficios del ejercicio físico en pacientes con cáncer, tanto durante como después del tratamiento. Entre las mejoras que aporta el ejercicio físico planificado tenemos:
- Fatiga. El ejercicio puede mejorar la fatiga que sufren las personas con cáncer tras los tratamientos con quimioterapia y radioterapia (Winningham, 2001).
- Linfedema. El ejercicio produce mejoras en la circulación linfática y reduce el linfedema, mejorando la calidad de vida del paciente.(McKenzie & Kalda, 2003; McTiernan, Gralow, & Talbott, 2000).
- Dolor. El dolor asociado al cáncer puede reducirse a través de un programa de actividad física, mejorando la capacidad funcional, la fuerza y disminuyendo diversos factores emocionales. (McTiernan et al., 2000).
- Sueño. se ha visto que el ejercicio mejora los patrones de sueño, en pacientes con cáncer de mama (McTiernan et al., 2000).
- Aspectos psicosociales. Mock et al. (1994) encontraron mejoras en este ámbito con un programa de ejercicio que consistía en caminar con una intensidad moderada entre 10 y 45 minutos 4-5 veces a la semana. Se ha visto que el ejercicio regular moderado disminuye la ansiedad, la tensión muscular y la depresión (McTiernan et al., 2000).
- Calidad de vida. Diversos estudios han demostrado que el ejercicio produce mejoras en la calidad de vida de los pacientes con cáncer, aumentando la capacidad funcional, la fuerza muscular, reduciendo la fatiga, la ansiedad, etc. (K S Courneya, Mackey, & Jones, 2000a; K. Courneya & Mackey, 2001).
- También se pudo constatar que en el caso del cáncer de mama, las mujeres físicamente activas tras el diagnóstico (caminaban una media de 3 a 5 horas semanales a un ritmo moderado) tenían un riesgo menor de muerte por causa de la enfermedad (Holmes et al., 2005).
Orientación sobre los distintos tipos de entrenamiento:
Fuerza y resistencia musculares
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Actividades de carácter aeróbico
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– Grandes grupos musculares implicados.
– Dependiendo del tipo de tratamiento.
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Composición corporal
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Ejercicio aeróbico y de fuerza.
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– Grandes grupos musculares.
– Trabajo de todo el cuerpo.
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Fuerza y resistencia musculares
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Pesos libres, máquinas, fit-balls y tera-bands.
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– Trabajo de todo el cuerpo.
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Flexibilidad
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Ejercicios de estiramientos (pasivos, PNF), ruedas movilidad, bandas elásticas
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– Especial atención en donde haya cirugía, radiación o áreas prostéticas.
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Podemos observar que se recomienda la práctica de actividades que impliquen preferentemente los grandes grupos musculares, involucrando el trabajo de todo el cuerpo. Y en algunos de los estudios en donde se reflejaron mejoras tras realizar ejercicio físico de manera regular, utilizaron la actividad de Caminar.
Concluimos que la Marcha Nórdica puede ser una buena aliada para mantenernos en forma y mejorar la calidad de vida.